La pandemia de la covid-19 está presente y continúa progresando, de tal manera que ahora tenemos más personas infectadas que en los meses de confinamiento, produciendo un impacto negativo en todos los ámbitos del deporte. Se dice que es la segunda ola, aunque Margaret Harris, portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), intentó aclarar la confusión de concebir al coronavirus como un "virus estacional" similar a la gripe que aparece en olas, lo que no resulta cierto. Y aunque no conocemos todo lo que se debiera acerca de este virus, esta señora afirmó que la covid-19 se expande en una "única ola" que irá "subiendo y bajando".

Esta situación, más allá de los protocolos sanitarios que ya se aplican en competiciones, centros deportivos y gimnasios, entrenamiento en instalaciones y al aire libre, etc., nos debe hacer reflexionar sobre cómo los distintos sectores y ámbitos del deporte deben encarar el futuro. La “nueva normalidad” no puede consistir únicamente en aplicar medidas de distancia social y uso de la mascarilla, sino que además debe afrontarse una profunda reforma estructural en el conjunto del sistema deportivo, en la asignatura de Educación Física y en el deporte escolar.

Todo lo antedicho puede y debe ser financiado con los fondos europeos asignados a España que, además, deben destinarse también a planes de ayuda económica que permitan planes de renovación de las instalaciones deportivas municipales, de mejora de la formación y cualificación teniendo presente la urgencia de regular las profesiones del deporte, de transición digital de las entidades deportivas, de impulso de la I+D+i en el deporte, de empleo deportivo, de medidas sostenibles en el deporte, de transparencia y buena gobernanza, de turismo deportivo, etc.

Alguna Comunidad Autónoma y determinados ayuntamientos ya tienen aprobado lo que se denomina como “Plan de Reactivación del Deporte” que, entendemos, debe ir más allá de establecer protocolos sanitarios o ERTES, como tampoco puede convertirse en una competición de a ver quién lo hace mejor. Es posible hacerlo bien si el Gobierno de España, junto con las CC. AA. y Entidades locales, coordina presupuestos e inversiones en el marco de un único “Plan de Estado”, cuyas acciones serán ejecutadas por cada administración pública en su respectivo ámbito territorial. En definitiva, un plan de reactivación en el marco de la AGENDA 2030 y los objetivos de desarrollo sostenible que formula a nivel mundial.

La actividad física y el deporte realizado adecuadamente contribuyen a la mejora de la salud, reforzando nuestro sistema inmunitario. Por lo que dejémonos de brindis al sol, no perdamos el tiempo en aprobar Proposiciones No de Ley, como ha sido la última referida a calificar el deporte como Actividad de Interés General, que no tiene ninguna eficacia jurídica y que se adopte de una vez por todas la reducción del IVA, decisión que manifestaría que el deporte, es verdaderamente de “interés general” para el Gobierno de España.

Hablar de reactivación del deporte concebido este en su expresión global e integral, tal como es definido por la Carta Europea del Deporte (1992), significa que “el cuerpo en movimiento” requiere un tratamiento apropiado en el marco del sistema educativo, así como en el resto de ámbitos en los que se promueve la actividad física. Finalmente, entendemos que el camino a recorrer en los próximos meses y años debe servir para construir un ecosistema deportivo que favorezca el desarrollo de una actividad física y deportiva que se caracterice por ser educativa, saludable, sostenible, segura, inclusiva, igualitaria, digital y resiliente.