Jaime Lissavetzky: “Los gestores y gestoras del deporte de España juegan un papel crucial en el ámbito deportivo”
23/01/2024 ENTREVISTA FAGDE
Autor: Luis V. Solar Cubillas · Expresidente de FAGDE
Apenas con veintidós años, Jaime Lissavetzky Díez se afilió al entonces clandestino PSOE (1974). Seguramente, el joven licenciado en Ciencias Químicas no podía ni suponer que esa filiación le llevaría, durante muchos años, a ser uno de los más relevantes dirigentes del deporte español.
Lissavetzky accede a su primer cargo de rango político tras las elecciones de 1983 a la Comunidad de Madrid, ganadas por la Federación Socialista Madrileña FSM- PSOE, y en las que obtuvo el escaño de diputado de la Asamblea. Joaquín Leguina pasó a ser el presidente de la Autonomía y, en consecuencia, a nombrar el primer gobierno de la Comunidad.
Dos años más tarde, Leguina designó a Lissavetzky consejero de Educación, Cultura y Deporte. Aún sin haber cumplido los treinta y cuatro años comenzó su relación con el deporte.
Tras su paso por la consejería del gobierno madrileño y hasta su llegada a la presidencia del Consejo Superior de Deportes (CSD), el 19 de abril de 2004, Jaime Lissavetzky tuvo una brillante carrera política que le llevó a la Secretaría General de la Federación Socialista Madrileña (FSM), al Senado y al Congreso de los Diputados. Su acceso al CSD, con rango de Secretario de Estado, se produjo, en consecuencia, tras una experiencia dilatada en política, tanto en cargos internos dentro de su partido, como institucionales.
Tras su nombramiento en 2004, por la ministra de Educación y Ciencia Mª Jesús Sansegundo, fue ratificado en su puesto, en la segunda legislatura del presidente Zapatero, el 14 de abril de 2008 por la ministra de Educación, Política Social y Deporte, Mercedes Cabrera. Lissavetzky permaneció al frente del deporte español hasta abril de 2011, cuando cesó para encabezar la candidatura del PSOE a la alcaldía de Madrid. Habían trascurrido siete años desde su nombramiento, un periodo superior al de quienes le precedieron [1] y al de quienes le sucedieron, al menos hasta el momento.
Jaime Lissavetzky
Usted es un profesor universitario con una dilatada carrera política. ¿Cuál de las dos ocupaciones laborales se adapta mejor a su personalidad?
Las dos son complementarias. Soy Doctor en Ciencias Químicas e Investigador del CSIC. En mi primera etapa de formación aprendí la necesidad de tener rigor científico para poder investigar. Y esa formación me ha servido para intentar actuar con el mayor rigor posible en mis ocupaciones políticas. El método científico de prueba y error es muy útil en la práctica política. Si a eso le sumamos la necesidad del diálogo, al que siempre estoy dispuesto, concluiremos que las dos ocupaciones laborales son complementarias.
Frecuentemente se oye la tan manida, como peligrosa, apelación a un deseable “apoliticismo del deporte”. Al respecto, le planteamos una doble pregunta: ¿es el deporte un ámbito propicio para canalizar las ideologías de las diferentes opciones políticas? ¿El supuesto apoliticismo del deporte responde a planteamientos ingenuos o esconde la idea de mantener privilegios, como afirma el clásico Jean Meynaud en “El Deporte y la Política”?[2]
El deporte, como cualquier otro ámbito de la vida, no es ajeno a lo que ocurre en la sociedad. Por ejemplo, la expansión del deporte femenino es una realidad en muchos países, entre los que está España. ¿Es política la lucha por la igualdad de género o la integración y cohesión social en el deporte? En definitiva, se pueden abordar diversos temas con diferente visión política, que no significan la politización del deporte. En la vida hay muchos aspectos que tienen que ver con ideas políticas. Que haya diferentes posiciones políticas o diferentes velocidades para conseguir objetivos generales no significa que exista politización en el deporte. No hay planteamientos ingenuos y no creo que se utilicen para conseguir o mantener privilegios.
Su paso por la FSM y por muy diversos cargos en la política madrileña y española, le han posibilitado tener un visón de 360º sobre la “res pública”, además con la perspectiva que otorgan cuarenta años de experiencia. ¿la crispación y los malos modos que percibimos los ciudadanos de a pie, en la esfera política, han existido siempre o son de nuevo cuño? ¿Las permanentes salidas de tono, cuando no insultos, restan adeptos a los principios democráticos?
En mi opinión, en política nadie posee la verdad absoluta. Por ello es necesario defender los principios de cada uno, pero siempre con respeto a los demás y sin crispación. En definitiva, es necesario un diálogo democrático entre las diversas fuerzas políticas. La crispación no es buena y en diversas etapas han existido y existen enfrentamientos de mucha dureza. Lo que hay que hacer no es trasladar a la sociedad los problemas de cada uno sino las soluciones que se proponen a esos problemas. En mi opinión, la democracia sigue bien asentada en nuestro país y no creo que se resten adeptos a sus principios, a pesar del ruido de fondo. Desde luego los insultos o salidas de tono no facilitan la percepción social de la importancia de la política.
Se atribuye a Wiston Churchill la frase “nuestros adversarios están enfrente, nuestros enemigos detrás”[3]. Esta afirmación surgida de un entorno político, puede ser también aplicable a ámbitos como el universitario, o a otros con cierto carácter endogámico. ¿Es la política cainita?
En la sociedad siempre hay debates y discusiones que llevan a veces a enfrentamientos entre unos y otros, pero no tienen por qué llegar a actitudes cainitas. Las Universidades forman parte de la sociedad y son un reflejo de lo que ocurre en la misma. Hay mucha competencia, como en muchos sectores, pero no creo que exista una lucha cainita generalizada.
Rodríguez Zapatero prometió, en su segunda campaña electoral (2008), un ministerio de deporte. ¿Por qué no fue posible?
Es cierto que no se creó un Ministerio del Deporte, pero por primera y única vez en España, se hizo que el Deporte dependiera directamente del Presidente del Gobierno. Es decir, yo, como Secretario de Estado y Presidente del Consejo Superior de Deportes dependía directamente del Presidente Rodríguez Zapatero y despachaba con él. Posiblemente la crisis económica de esos años no hizo posible la creación del Ministerio, pero nunca el Deporte estuvo, ni antes ni ahora, tan cerca del Presidente.
Su paso por “el Consejo” será recordado, probablemente, por su aportación decisiva en la lucha contra el dopaje. ¿Le satisface el reconocimiento de su labor contra el doping o le molesta tal reduccionismo?
Me satisface el reconocimiento, porque en mi mandato se aprobó la 1ª Ley Antidopaje en nuestro país. Me siento orgulloso de eso. A ello habría que añadir la Ley contra la Violencia, el Racismo y la Xenofobia, el ADOP para los paralímpicos, el Plan A+D para la mejora de la práctica deportiva en España, el Manifiesto por la Igualdad y la participación de la mujer en el deporte, el plan de apoyo a los deportistas especialmente después de su retirada y un largo etcétera en el que se incluyen los grandes éxitos de nuestros deportistas en lo que se llamó la Edad de Oro del Deporte Español. Fue una etapa extraordinaria en mi vida.
A pesar de su decidida (y conocida) oposición a cualquier tipo de tolerancia en temas de dopaje, el desenlace de la operación Puerto creó ciertas dudas en Europa, o al menos, en algunos medios de prensa franceses y alemanes. ¿Cómo vivió el desencuentro de tiempos y criterios entre la Justicia ordinaria española, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) o la comisión al respecto de la UNESCO? Organizaciones en las que usted estaba o había estado.
La operación Puerto se llevó a cabo por la Guardia Civil unos meses antes de que la Ley Antidopaje fuese aprobada en el Congreso de los Diputados donde estaba en tramitación. En mi opinión esa fue la causa del desencuentro con la justicia ordinaria española, aunque podía haberse tenido en cuenta la protección de la salud más allá del dopaje. No fue una situación agradable, pero sirvió para abrir camino en la lucha contra el dopaje. Era difícil explicar la situación a organismos como la Agencia Mundial Antidopaje, de la que yo formaba parte como representante de la Unión Europea. A modo de anécdota recibí la Legión de Honor de Francia en 2008, entre otras cosas, por la lucha contra el dopaje que tuvo efectos importantes en la celebración del Tour de Francia, sin presuntos dopados, del año de la operación Puerto.
Usted vivió, como Secretario de Estado para el Deporte, muy de cerca las sesiones decisorias del COI en Singapur (2005) y Copenhague (2009) para designar a Londres y a Rio de Janeiro como sedes de los JJOO de 2012 y 2016. En ambas ocasiones la candidatura de Madrid resultó derrotada (aunque de muy diferente forma). También vivió, pero ahora desde la “oposición” en el Ayuntamiento, la tercera presentación consecutiva de la candidatura de Madrid por parte del alcalde Ruiz Gallardón, para organizar los Juegos del 2020, que finalmente fueron adjudicados a Tokio. Si la derrota de 2012 puede considerarse lógica, las otras dos resultaron muy frustrantes. ¿Cómo se vivieron en el CSD, y en el Ayuntamiento?
La aventura olímpica de Madrid estuvo a punto de convertirse en éxito varias veces. Quizás la más cercana fue en Copenhague en 2009, donde competimos en la fase final con Río de Janeiro para los JJOO de 2016. No fue una lucha clara y limpia, porque con el paso del tiempo hubo decisiones y sanciones jurídicas rigurosas a miembros de la candidatura brasileña. Fue una lástima y lógicamente se vivió una frustración en el CSD y en el Ayuntamiento. Habíamos trabajado juntos y unidos el Alcalde de Madrid Ruiz Gallardón y yo como Presidente del CSD, desde dos posiciones políticas diferentes. Nos entendimos a la perfección y fue una lástima porque teníamos una candidatura excelente, pero no pudo ser.
Usted anunció en 2014 que al acabar su periodo municipal en 2015 dejaría la política activa y, de momento, lo ha cumplido. ¿echa de menos la actividad política? ¿Es diferente hoy tal actividad a la de los años 80, cuando comenzaba?
No echo de menos la actividad política en cargos de gestión pública. Cuando di por finalizada mi carrera política regresé al CSIC donde tenía mi plaza, ganada por oposición en 1979 y siempre mantuve mi relación con mi Instituto de Química Médica. Además, sigo siendo del PSOE donde ingresé en 1974 y este año cumplo 50 años de pertenencia al mismo. Se puede hacer política sin tener cargos públicos, evidentemente de modo distinto y máxime si lo comparamos a los años de la dictadura.
Con Pedro Sánchez en la presidencia del gobierno de España han pasado cinco presidentes por el CSD, en cinco años. Tal desfile puede trasmitir idea de “provisionalidad”, de “escasa importancia del deporte”, cuando no de “CSD-Txiringuito”, y desde luego, de “falta de proyecto”. ¿Qué opinión le merece la fugacidad de las presidencias de quienes precedieron al Sr. Rodríguez Uribes?
Es cierto que cinco Presidentes del CSD en cinco años no es bueno, pero hay que tener en cuenta que el CSD es un organismo con una gran plantilla en general y de técnicos en particular, que conocen muy bien el mundo del Deporte y realizan una gran labor en el día a día, independientemente de quién sea su Presidente. Es cierto que la continuidad de un Presidente/a también es importante, por lo que deseo que el Sr. Rodríguez Uribes esté en ese cargo, al menos, toda la Legislatura.
Hoy preside la fundación España Activa, cuya función es la promoción del deporte y la lucha contra el sedentarismo: “queremos promocionar el deporte y la actividad física como forma de sumar salud en las personas”. ¿Es el deporte, de forma asumida por todos los partidos políticos, una Cuestión de Estado?
Desde la Fundación España Activa hemos impulsado desde su creación la importancia del Deporte y la Actividad Física en la sociedad y por ello que sea una cuestión de Estado. Hemos trabajado con otras organizaciones y conseguido que se haya aprobado por el Congreso de los Diputados una resolución en ese sentido votada prácticamente por todo el arco parlamentario. La relación del deporte con la educación, la sanidad, la integración y cohesión social, la economía, la investigación, el medio ambiente, la igualdad, etc…es una realidad. Desde la Fundación España Activa hacemos, entre otras cosas (actividades, sensibilización, colaboración público privada…) investigación y evaluación del retorno económico y social del Deporte en este país. Es un largo recorrido, pero será más corto si trabajamos juntos.
¿Hay algo que quiera decir a los gestores y gestoras del deporte de España?
Los gestores y gestoras del deporte de España juegan un papel crucial en el tema deportivo. Sólo decirles que tengan en cuenta la importancia de su labor y continúen reforzándola desde el convencimiento que es una causa noble para seguir trabajando por nuestra sociedad.
[2] Meynaud, J. “Sport et Politique”. Payot. Paris. 1973
[3] Frente a Churchill, en el parlamento británico, se situaba, en aquel momento la oposición laborista, tras él los compañeros de partido más jóvenes y ambiciosos.