FAGDE

Deporte para todos, ¿con todos? o la historia de cómo nació el deporte Mixed Ability 

  07/01/2022 18:17 ARTÍCULOS


El término “deporte para todos” lleva años en nuestra sociedad, referido principalmente al deporte social en el que todo el mundo puede participar, sin importar edad, capacidad, habilidad, sexo, identidad de género, etnia, situación económica...

Son muchas las entidades y clubs deportivos que dicen ofertar “deporte para todos” (o más recientemente, “deporte inclusivo”), pero que no consiguen que las personas que participan en sus actividades sean tan diversas como lo es la sociedad. Y entonces debemos preguntarnos, ¿qué hacemos para que todas las personas sepan que en este club o entidad deportiva hay sitio para todo el mundo?

Es fácil hacer un folleto o un cartel con un eslogan atractivo con palabras como inclusión. ¿Pero qué significa realmente “inclusión”? Y, sobre todo, ¿qué hago yo para que mi club sea verdaderamente inclusivo?

Vayamos por partes. A partir de ahora vamos a hablar de la inclusión de personas con discapacidad en el deporte convencional, pero esto se podría aplicar perfectamente a cualquier otro colectivo en situación de exclusión social.

Bien, pues la inclusión es un derecho. Sí, a nivel internacional está reconocida como tal en la Convención por los derechos de las personas con discapacidad, y a nivel estatal en el RDL 1/2013 de los derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social (artículos 3 y 2, respectivamente).

Además, el acceso a la práctica deportiva también es un derecho, reconocido en estos dos documentos (artículo 30 y 7, respectivamente). Pero no solo se recoge el derecho al acceso a la práctica deportiva, sino también a la participación plena y en igualdad de condiciones en el deporte. ¿Y esto que quiere decir? Que desde mi entidad deportiva tengo que garantizar que las personas con discapacidad que se acerquen a mi club tengan las mismas posibilidades de práctica deportiva que cualquier otra persona. Porque es SU derecho.

¿Y por qué no basta solo con hacer carteles? Pues porque la realidad en España es que las personas con discapacidad y sus familias se han encontrado sistemáticamente con barreras en su día a día para acceder al deporte. Y no solo a nivel físico, sino también a nivel social y emocional (“¿encajaré en el grupo?”, “¿me sentiré parte del club”, “¿entenderán a mi hijo o hija?”, “¿le ofrecerán los apoyos que necesita”?). Por este motivo es necesario acercarse a las personas con discapacidad y sus familias, o a las asociaciones que dan apoyo a estas personas, para decirles claramente que en nuestro club tienen un hueco. Es algo laborioso, cierto, pero queremos tener un club para todos, ¿no?

Y ahora viene la parte del “con todos”. Algo clave de la inclusión en el deporte es que las personas con discapacidad puedan decidir qué deporte quieren hacer, cómo lo quieren hacer y con quién lo quieren hacer. Nuestro papel como profesionales de la gestión deportiva es dar información accesible sobre nuestras actividades y ofrecer apoyos para la toma de decisión, pero nunca decidir por las personas. Y otra de nuestras funciones, esencial, es tener claro que existen opciones más allá del deporte adaptado, por lo que necesitamos saber cuáles son y no crear secciones a lo loco en nuestras entidades sin tener en cuenta otras realidades y, sobre todo, lo que quieren las personas que participan en nuestros clubs.

En España tenemos un lío bastante curioso con la terminología y el lenguaje. Viendo lo que dice la legislación internacional y estatal antes citada, el deporte para todos o el deporte inclusivo haría referencia a que personas con discapacidad hagan deporte en clubs convencionales (que son los que ya existen en la sociedad) y en equipos o categorías mixtas (formados por personas con y sin discapacidad que juegan/compiten juntas), con el mismo reglamento del deporte que se trate. Es decir, en el caso del rugby, por ejemplo, el rugby inclusivo o rugby para todos sería aquel en el que los equipos están formados por personas con y sin discapacidad, dentro de un club de rugby, jugando con las reglas oficiales de rugby.

La realidad es que a día de hoy los términos de deporte para todos o deporte inclusivo se están usando para otras modalidades que difieren de lo que se acaba de explicar. Por eso surge el concepto de deporte Mixed Ability o, en este caso, de Mixed Ability rugby. En el Mixed Ability rugby, por seguir con el ejemplo, todas las personas que forman el equipo son reconocidas como jugadoras de rugby. Y, además, cada persona decide el rol que quiere ocupar dentro del equipo o del club (jugador/a, entrenador/a, delegado/a, utillero/a, aficionado/a...) tenga o no tenga discapacidad. Porque sí, ¡sorpresa!, las personas en situación de discapacidad también pueden contribuir a mi club y ser miembros activos del mismo.  

Y en esta línea, el Mixed Ability rugby surgió de las propias personas con discapacidad. En concreto, esta historia comenzó con Anthony Brooke. Anthony es un chico inglés con parálisis cerebral y discapacidad intelectual, que llevaba años siendo aguador en el club de rugby de su localidad natal, en el que jugaba su hermano. El club le ofertaba una oportunidad de práctica deportiva (jugar a “rugby tag” o rugby sin contacto, con otros deportistas con discapacidad), pero no era lo que él quería. Él quería jugar a rugby como lo hacía su hermano: con contacto, en un equipo y dentro de un club.

Con el apoyo su entorno, Anthony consiguió contactar con un club de rugby al que le interesase su proyecto, y también con la RFU (Rugby Football Union). Así se fundó en 2009 el primer equipo de Mixed Ability rugby, los Bumble Bee Barbarians RUFC, dentro del Bradford and Bingley Rugby Club. El equipo en el que, a día de hoy, juegan Anthony y su hermano. Sí, los dos juntos, en el mismo equipo, siendo reconocidos ambos como jugadores de rugby.


image
Anthony, con el balón, durante un partido con su equipo, los Bumble Bee Barbarians RUFC

Pero es que actualmente, el Mixed Ability rugby ya se ha extendido por todo el mundo (Inglaterra, Irlanda, Holanda, Bélgica, España, Argentina, Chile, Ecuador, Canadá...). Ya se han disputado dos torneos internacionales (Bradford 2015 y Vitoria-Gasteiz 2017), y se está preparando el tercero (Cork 2022). Además, el modelo Mixed Ability va llegando a otros deportes: baloncesto, remo, boxeo... Todo esto está gestionado a nivel internacional por el International Mixed Ability Sports (IMAS), que ofrece formación y sesiones de demostración a clubs, además de contactos con su extensa red internacional.  


image
Partido entre los Pumpas XV (Argentina) y los Bumble Bee Barbarians RUFC (Inglaterra) en el International Mixed Ability Rugby Tournament (IMART) de Vitoria-Gasteiz 2017

La historia de Anthony es el reflejo de lo que debe ser la inclusión en el deporte: derechos, autodeterminación, escucha activa, oportunidades y apoyos. El modelo Mixed Ability ha llegado para quedarse como una posibilidad real de inclusión en los clubs deportivos, en la comunidad local y en la sociedad en general. Las investigaciones científicas (Corazza & Dyer, 2017)  ya nos dicen que este modelo está generando impactos positivos tanto a nivel individual (mejora del bienestar físico, emocional y social; aumento de la red social; sentimiento de pertenencia; cambio de visión respecto a la discapacidad...) y también a nivel social (captación de nuevos/as jugadores/as o re-captación de exjugadores/as; aumento del capital y del reconocimiento social del club...). Porque esto va más allá del deporte: el Mixed Ability busca generar un cambio en la sociedad y trabaja por la inclusión de todas las personas en todos los niveles (no solo en el deporte, sino también a nivel social, laboral, educativo...).

Y tú, ¿te unes al cambio? Visita nuestra web o ponte en contacto con nosotros a través de mail contact@mixedabilitysports.org

 

FAGDE

Federación de asociaciones de gestión del deporte de España

Colaboradores