Leonor Gallardo responde a DIRECCIÓN Y GESTIÓN DEL DEPORTE desde su domicilio en Madrid. Allí, como todos los ciudadanos de este país, cumple con su aislamiento para frenar la pandemia de coronavirus. Para ello, saca unos minutillos de su apretada agenda, porque ni este confinamiento es capaz de frenar la intensa actividad de esta prestigiosa investigadora albaceteña, que no descarta volver a la gestión deportiva, faceta en la que dio sus primeros pasos en una carrera profesional que le ha llevado a formar parte de la junta directiva de FAGDE. Por eso, es UNA DE LAS NUESTRAS.

A Leonor la pasión por el deporte le viene de bien pequeña. Se despertó cuando estudiaba en el Colegio La Enseñanza de Albacete, donde tuvo “la gran suerte de tener a grandes profesionales en las asignaturas de Educación Física” y se acrecentó en el Instituto nº 4 de la mano de “Pilar y Ramón, mis entrenadores de voleibol y los de atletismo, Nieves, Fran y Jesús”.

Tenía muy claro que quería cursar la carrera de INEF y se trasladó, no sin esfuerzo, a Madrid. “Fue la mejor decisión de mi vida”, subraya. Recuerda bien quién le ayudó en esos difíciles inicios. “Nada más llegar a Madrid me contrataron en una piscina. Nunca podré agradecérselo lo suficiente a mi querido Manuel Zambrana”, apunta, refiriéndose al añorado director de la revista DEPORCAM, fallecido en 2018.

Entra en el mundo de la gestión deportiva por la puerta grande, “en el Consejo Superior de Deportes, como asesora técnica de la mano de Eduardo Blanco y después como asesora en la Dirección General de Deportes de Castilla-La Mancha, con Javier Martín del Burgo”. Siguió compaginando esta labor con sus comienzos en la docencia, “como profesora asociada  primero en la Universidad Autónoma de Madrid y después en la Universidad de Castilla-La Mancha, hasta consolidar mi puesto actual de Catedrática de Universidad en Gestión Deportiva” en la UCLM.

En el seno de esta entidad universitaria nace su proyecto profesional más señero, el Grupo IGOID (Investigación en Gestión de Organizaciones e Instalaciones Deportivas). De él surgiría posteriormente la Spin-Off IGOID-SPORTEC. “Es la unión de la investigación con el mundo real, clave para que las Universidades avancen. Creo que lo hemos conseguido. Ahora estamos en la fase de crecimiento e internalización”, explica.

Dentro del Grupo IGOID, Leonor Gallardo ha hecho de la digitalización de la gestión deportiva uno de sus caballos de batalla. Considera que “en España estamos muy bien posicionados, para liderar” este proceso y pone como ejemplo “el proyecto KA2, el cual dirijo para todo Europa”. Insiste en ver la digitalización no como un enemigo, sino como “una gran oportunidad, sobre todo para la formación continua en el mundo de la gestión” y tiene muy claro que “en pocos años, la mayoría de la formación será digitalizada. En el momento en que tengamos el 5G y los hologramas… Seremos reales”.

De hecho, el estado de alarma ha permitido comprobar que la revolución digital no es cosa del futuro: “Estas semanas en las que está cambiando el mundo, también lo hacen de la mano de la digitalización y la formación on-line. Ha llegado antes de lo que nos esperábamos. La actividad física se está realizando en casa virtualizada y las clases de la Universidad en tiempo real on-line”.

Esta de la digitalización es una apuesta que también ha asumido FAGDE, a cuya directiva accedió Leonor en 2017 como vocal de Formación y Documentación de la mano de quien fuera uno de sus primeros “maestros” en la gestión deportiva, Eduardo Blanco, presidente de la Federación. “Le conozco desde hace muchos años. Su ilusión y empuje por los temas le hacen ser diferente. Cuando una persona de este calibre conduce un proyecto, siempre me montaré en el autobús y nunca preguntaré por el proyecto”, afirma. Valora especialmente de la labor de FAGDE el que “todos estemos unidos por los mismos objetivos”, si bien su espíritu inquieto e inconformista le lleva a confesar: “Me gustaría hacer más cosas”.

Como el total de la ciudadanía, Leonor Gallardo se muestra preocupada por la crisis económica que sucederá a la sanitaria provocada por el COVID-19. “Vamos a vivir un tiempo muy complicado”, asume. Ningún sector, tampoco el del deporte, está preparado para encajar este duro golpe sin tambalearse. Pero ella no pierde la esperanza: “Estoy viendo grandes líderes de proyectos, cadenas y demás que saldrán más reforzados. En estos momentos, necesitamos valientes y una vez más, creatividad y humanidad. Un líder sin miedo. Después de esto, ¿qué importan las demás cosas? Si no equivocamos, pues que hablen…”.

Durante este encierro, el pilates, el yoga y la bicicleta estática son la forma de seguir predicando con el ejemplo desde casa para Leonor, más que ocupada con una actividad docente e investigadora que no cesa. Esa es su realidad actual, si bien el gusanillo de la gestión deportiva sigue coleando en su interior: “Me gusta mucho la gestión. Me considero una persona creativa y que sé trabajar por objetivos. Ello es lo principal para la gestión deportiva. No descarto volver a un puesto de gestión, en los próximos años…”.